25 octubre 2016

17 octubre 2016

OBRA DE TEATRO: "En algún lugar del desierto de Atacama"


Dramaturgia
Marco Antonio de la Parra
Dirección
Luis Ureta
Elenco
Cia. Matarratas
José Tomás Guzmán
Sebastián Plaza

Se trata de una puesta en escena de calidad. Los actores realizan un despliegue de excelente nivel teatral. Con una escenografía sencilla, pero no simplista, logran atraer y cautivar al público de principio a fin. El texto es sobresaliente. Cada parlamento está pensado y nos lleva a recorrer una experiencia de dos jóvenes amigos enfrentados con los oscuros pasajes de la política. Esa política que mata y corrompe el alma.  Y no solo eso podemos descubrir en esta obra, sino también un encuentro con las emociones y la esencia misma del ser humano.

"En algún lugar del desierto de Atacama" es una obra construida para estremecer y exponer la ingenuidad versus la realidad. Definitivamente es una obra que nadie se puede perder.

Felicitaciones a todo el elenco y ciertamente a Marco Antonio de la Parra y a Luis Ureta.



13 octubre 2016

Bob Dylan ganó Premio Nobel de Literatura 2016



Bob Dylan (1941- ), músico, cantante y poeta estadounidense. Su verdadero nombre es Robert Allen Zimmermann.
Nació en Duluth (Minnesota) en 1941, en el seno de una modesta familia de comerciantes judíos, con los que se trasladó cuando era muy pequeño a una aldea de la frontera con Canadá. Será allí, en un ambiente tedioso y muy influido por el trabajo de las minas, donde empezará a estudiar música (piano, guitarra) y a escribir sus primeros poemas. Algunas biografías atribuyen al joven Bob una gran precocidad, pues a los 11 años ya toca con soltura la armónica y escribe sus primeras canciones. A los 16 años había formado su primera banda, Golden Chords.
En 1960 se traslada a Minneapolis para estudiar Letras y al año siguiente abandona las aulas para frecuentar la bohemia de la ciudad y actuar en público con su nuevo nombre, Bob Dylan, adoptado en homenaje al poeta galés Dylan Thomas. Deslumbrado por la personalidad del poeta y cantante folk Woody Guthrie, compone un tema que adquirirá fama, “Song to Guthrie”, y que caracteriza sus comienzos artísticos. Bob Dylan es un joven comprometido en la lucha contra la injusticia y quiere seguir la senda que, desde esta perspectiva, han trazado algunos poetas y cantantes como Pete Seeger o Jack Elliot y sus ídolos “malditos”: Rimbaud, Eliot o Brecht.
Al año siguiente se traslada a Nueva York y, empujado por sus querencias bohemias, frecuenta el Greenwich Village, donde trabará relación con diversos artistas del mundo del folk y del blues. Siguiendo el estímulo de éstos, comienza a cantar en algunos programas en directo. En 1962 graba su primer disco, Bob Dylan, que supone un fracaso comercial. A este trabajo siguieron los álbumes The Freewheelin´Bob Dylan (1963) y The Times They Are A-Changin (1964), que le consagran como uno de los representantes más destacados de la nueva ola de compositores de canción protesta. Dylan colabora con algunas de las organizaciones defensoras de los derechos cívicos y se opone al belicismo que caracteriza la política exterior de su país, así como a las desigualdades sociales que impregnan de pobreza grandes capas de la sociedad americana.
Su lenguaje deslumbra por su carácter renovador, discurriendo entre la modernidad de la parodia y la profundidad de la metáfora, lo que le aporta un aura casi profética. Cuando por esos años proclama, ante la decepción de algunos sectores juveniles, que "la respuesta está en el viento", su mensaje radicalmente pacifista conquista a multitud de adeptos que ven en él una representación de la esperanza.
En esa época comienza su relación con Joan Baez, consagrada por el éxito de ambos en el festival folk de Newport de 1963. Los dos son proclamados “reyes del folk” y simbolizan las ilusiones poéticas y materiales de las generaciones más jóvenes frente a la tragedia que supone la muerte de John Fitzgerald Kennedy (22 de noviembre). Está aún por producirse el primer cambio traumático en la trayectoria de Bob Dylan, del que es anuncio el álbum Another Side of Bob Dylan (1964) y confirmación Bringing All Back Home (1965). Este último trabajo, más intimista, sentimental, pero aun así resuelto, despertaría las iras de sus seguidores, puesto que representaba el paso del profeta del folk a la música electrónica.
La grabación del tema “Like A Rolling Stone” le confirma como una figura consagrada a escala internacional, fiel a su propio mundo: sus temas escalan las listas comerciales de Estados Unidos y del Reino Unido, y poco a poco del resto del mundo. No obstante, en su país es un incomprendido y así se aprecia cuando edita el doble álbum Blonde on Blonde (1966), que describe las experiencias de sus últimos años, subrayando su alejamiento de la vida pública, sus desengaños amorosos y sus relaciones con diversas drogas, así como un accidente del que se recuperó tras una larga convalecencia. En 1969 publicará Tarántula, un volumen donde da espacio a su vena poética, aunque en el momento de su aparición fue considerado como un “tratado anfetamínico”. Es el rock ácido, que compaginará con periódicos retornos al folk, al country y a las baladas amorosas. Mantendrá la misma línea en trabajos posteriores, como Self Portrait (1970), Pat Garret and Billy the Kid (banda sonora de la película homónima dirigida en 1973 por Sam Peckinpah) y otro de sus temas estelares, versionado en múltiples oportunidades por los artistas más variopintos: “Knocking´ On Heaven's Door”.
A éste seguirán Dylan (1973), Planet Waves (1974), Blood on the Tracks (1974), The Basement Tapes junto a The Band (1975), y filmaría además una película de casi cuatro horas de duración titulada Reinaldo y Clara, que fue vapuleada por la crítica. Sus trabajos siguientes son Hard Rain (1976) y Street Legal (1978), discos que profundizan en los aspectos más oscuros de su personalidad.
Se abre así un periodo caracterizado por el predominio de las melodías y los tonos suaves: Bob Dylan ha vuelto a cambiar, aunque permanece fiel a sus mitos poéticos más personales y acendrados, y a las causas por las que siempre mostró simpatía: Woody Guthrie, y un rico y apasionado subjetivismo que se expresa a través de ciertos motivos místicos (la cruz, la redención), de sus reflexiones sobre la injusticia, la lucha contra la opresión y el racismo (el tema “Hurricane” se convirtió en un himno contra la discriminación) y constantes recuerdos de amor y desamor. Por esos años aparecerán At Budokan (1978), Slow Train Coming (1979), que ya auguran cambios ante la nueva época, cristalizando en Saved (1980), Shot of Love (1981), Infidels (1983), Empire Burlesque (1985), Biograph (1985) y Oh Mercy (1989), además de multitud de discos recopilatorios y antologías.
En los últimos años, sus giras han sido incontables, renaciendo su figura cada cierto tiempo por sus colaboraciones con bandas como Greateful Dead, Tom Petty y los Heartbreakers y amigos como Sam Shephard, Carole Bayer Sager o Emilou Harris, coautores de algunos de sus últimos temas desde la década de 1980. En 1995 ganó un Premio Grammy por el vídeo de su canción “World Game Wrong”, que avaló la grabación de un unplugged. Asimismo, su curiosidad por los avances técnicos, al igual que grupos progresivos como Yes, The Rolling Stones o figuras individuales como Prince, Peter Gabriel o David Bowie, le ha llevado a grabar un CD-ROM interactivo, Highway 61, que incluye el concierto celebrado en su homenaje en 1993 en el Madison Square Garden de Nueva York. En 2001 publicó Love and Thef, el primer disco de Dylan desde 1997 con canciones nuevas. El álbum incluye doce temas en los que juega con los 12 compases característicos de la estructura rítmica del blues y sus melodías. Un año después volvió al mundo de la literatura, su otra gran pasión, con el primero de una serie de volúmenes de contenido autobiográfico publicados bajo el título Chronicles.


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